Cuando afirmamos de alguien que es "un paciente conflictivo" lo hacemos desde nuestra subjetividad. Lo más probable es que los pacientes conflictivos del doctor X sean diferentes a los del doctor Y. Sin embargo algunos lo serán "para todos", y son éstos los que ahora nos interesa estudiar.
Hemos escogido 5 perfiles típicos:
1.- Paciente hostil: Es aquel que expresa una conducta agresiva tanto verbal como no verbal. Sería el que entra en la consulta de manera abrupta, sin que sea su turno, exigiendo una determinada prueba o tratamiento, incluso con amenazas. Para estas situaciones se aconsejan dos técnicas, la de acotar y la de reconducción por objetivos.
2.- Paciente querellante: Es el que suele poner denuncias y reclamaciones con cierta asiduidad. En este tipo de situaciones haremos bien en notificar a nuestro director la naturaleza de las amenazas y proceder a registrarlas en la historia.
3.- Paciente culpabilizador: Utiliza frecuentemente comentarios culpabilizadores como medio de ganarse la atención del profesional y ablandar sus resistencias a todo tipo de peticiones. Sería un forma de domesticar al profesional y tener una posición dominante en la relación. Hay que ser muy claro en el abordaje de la conducta culpabilizadora, no la acepte.
4.- Paciente enterado: Pregunta mucho sobre lo que le ocurre, el origen de sus síntomas, el nombre de las enfermedades, el mejor tratamiento posible, etc.. Suele ser universitario o con gran capacidad para leer y navegar por internet. El reto está en que pueden actualizarse de manera más completa pero puntual, con lo que pueden tener la falsa percepción de que "saben más que el médico". Este perfil no suele generar gran conflictividad salvo que el profesional tenga rasgos autoritarios (lo que no es infrecuente). Hay que relajarse y opinar que el paciente tambien tiene derecho a informarse, opinar y saber. Por ello, cuando se sospeche la presencia de estos pacientes hay que preguntarles directamente "¿qué sabe?".
5.- Paciente o cuidadores de paciente con alta dependencia: Son personas que necesitan la presencia del médico, real o simbólica, para sentirse seguros. No dudan en solicitar visitas al domicilio, creando incomodidad en el equipo de salud, que los percibe como "abusones" del sistema. Para el abordaje hay que tratar de empatizar con el cuidador, detectar las posibles creencias culpabilizadoras y valorar las expectativas curativas.
Os dejo un artículo publicado en JANO en 2008.
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