La Cefalea presenta una alta prevalencia en la población general, de tal forma que, en nuestro medio, representa el principal motivo de asistencia para el Neurólogo (20-25% de las consultas) y el principal motivo de consulta neurológica para el médico de Atención Primaria.
La mayoría de las consultas están motivadas por cefaleas primarias (principalmente migraña y cefalea tensional), lo que no quita que el médico asuma que también pueden ser debidas a otros problemas médicos, cuyo adecuado abordaje terapéutico dependerá, en buena medida, de un diagnóstico correcto y precoz.
En el primer paso se intentará ubicar a ésta dentro de uno de los dos grandes grupos de entidades que las provocan:
- Cefaleas primarias: Aquí la cefalea representa en sí misma la enfermedad del paciente. Están incluídas la Migraña, Cefalea de tipo tensión, Cefalea en racimos, Tusígena, Por actividad sexual, y Cefalea crónica desde el inicio.
- Cefaleas secundarias: En las que la cefalea no es más que un síntoma de otro proceso. Podemos comentar la Cefalea post-traumática, por trastorno vascular, por trastorno intracraneal no vascular, por una sustancia o supresión, por infección, por grandes alturas, por buceo, por ayuno, por hipertensión arterial.
Tendremos en cuenta, a la hora de emitir el diagnóstico final, que se clasifican tipos de cefaleas y no pacientes, de hecho un mismo paciente puede tener más de una cefalea.
Para este abordaje diagnóstico la anamnesis es fundamental, pues la mayoría de ellas se diagnostican mediante una detallada historia clínica. Ello implica escuchar detenidamente el relato que el paciente nos haga de su dolor de cabeza y, posteriormente, proceder a una anamnesis dirigida (edad de inicio, historia personal y familiar, modo de presentación, cualidad del dolor, intensidad, localización, duracion y frecuencia de los episodios, factores precipitantes, síntomas asociados, tratamientos previos, estudios diagnósticos previos).
Por su parte, para intentar que no se nos escape alguna cefalea secundaria, es útil conocer algunos criterios de alarma, como serían cefalea intensa de comienzo súbito, presencia de signos meníngeos, cefalea en edades extremas de la vida, de presentación predominantemente nocturna, en pacientes oncológicos o inmunodeprimidos, refractaria a un tratamiento teóricamente correcto, precipitada por un esfuerzo físico, tos o cambio postural, con manifestaciones acompañantes (trastorno de conducta, crisis epiléptica, focalidad, fiebre, papiledema), de frecuencia y/o intensidad creciente.
Dijimos que la mayoría de las cefaleas se diagnostican con la historia clínica. Nuestra realidad asistencial es diferente. Por circunstancias de índole social o educacional, la mayoría de pruebas complementarias que se solicitan, principalmente de neuroimagen, lo son para confirmar normalidad más que para encontrar patologías.
Dejo un libro del Grupo de estudio de las Cefaleas de la Sociedad Española de Neurología.
Me tomo el atrevimiento atento que su artículo refiere a las cefaleas en racimos, de informar que en España existe una asociación integrada por enfermos de cr y que brinda ayuda a los mismos, familiares y amigos.www.cefaleaenracimos.org.
ResponderEliminarContamos también en facebook con un GRUPO DE APOYO conformado por personas de habla hispana de todo el mundo (España; Argentina: México; Uruguay; etc).Para ingresar NO es necesario ser socio de ACRA. Muchísimas gracias