El tratamiento farmacológico se instaura cuando los síntomas comienzan a interferir en la vida del paciente. No existe unanimidad sobre qué fármacos utilizar de primera línea, pero la mayoría de las guías consideran tres principales grupos terapéuticos:
1- Levodopa: Es el fármaco más eficaz pero la mitad de los pacientes desarrollan complicaciones motoras (fenómenos on-off, discinesias y distonías) al cabo de 5-10 años. Los efectos adversos más frecuentes son las náuseas, somnolencia, mareo y cefalea.
2- Agonistas dopaminérgicos: En la actualidad se utilizan más los no ergóticos (pramipexol, ropinirol y rotigotina) pues los de tipo ergótico (pergolida, cabergolina, bromocriptina y lisurida) se han asociado a un mayor riesgo de fibrosis valvular cardíaca. Son menos efectivos que la levodopa, tienen menos complicaciones motoras, pero más efectos adversos neuropsiquiátricos, como alucinaciones y pérdida del control de impulsos (hipersexualidad, ludopatía), así como hipotensión postural.
3- Inhibidores de la MAO-B: selegilina y rasagilina. Eficacia modesta en monoterapia. También se pueden asociar a Levodopa. Se aconseja evitar el uso concomitante de antidepresivos ISRS y tricíclicos.
4- Para la fase avanzada de la enfermedad se pueden considerar los inhibidores de la COMT (entacapona y tolcapona) y la apomorfina.
5- Y para algunos casos queda la intervención quirúrgica, cuyas principales técnicas son la subtalamotomía y la colocación de electrodos.
Dejo artículo de Infac de 2010.
Cada vez hay más medicamentos, avances en intervenciones quirúrgicas,... sobre el Parkinson que ayudan mucho a reducir y ralentizar el avance y síntomas de esta enfermedad, aunque por desgracia aún no hay ninguna cura.
ResponderEliminarPero se está avanzando mucho, de seguro que pronto saldrán mejores medicinas y tal vez una posible cura (¿células madre?)
Un saludo
Mariela