lunes, 29 de agosto de 2011

Síndrome de piernas inquietas


     El síndrome de piernas inquietas (SPI) se caracteriza por presentar sensaciones desagradables en forma de calambres, hormigueos, picores o dolor, seguidos de una necesidad irresistible de moverse o caminar, con lo que mejora la sintomatología. En principio los síntomas afectan a las extremidades inferiores empeorando por la noche, lo que a menudo dificulta conciliar el sueño.
     Se describen dos tipos:
- SPI primario: De causa desconocida y frecuente agregación familiar. Es el más frecuente.
- SPI secundario: Asociación con deficiencia de hierro, embarazo o insuficiencia renal crónica, principalmente.
     El diagnóstico se basa fundamentalmente en la historia clínica, con una exploración física normal.
     El tratamiento farmacológico considera cuatro grupos terapéuticos:
1- Agentes dopaminérgicos: Levodopa + inhibidor decarboxilasa (sinemet plus®), que sería de primera elección en pacientes con clínica intermitente. Y Ropinirol (requip®) o Pramipexol (mirapexin®) si la clínica es diaria.
2- Anticonvulsivantes: Gabapentina, indicada cuando la sintomatología es referida como dolor.
3- Opiáceos: Oxicodona (oxycontin®), que también estaría indicada en casos de clínica diaria.
4- Benzodiacepinas: La más utilizada es el Clonazepam (rivotril®) antes de dormir.
     Como siempre, más en el artículo siguiente publicado en JANO en 2011.


viernes, 19 de agosto de 2011

Hipo


El hipo se produce por contracciones involuntarias del diafragma con cierre temprano de la glotis antes de terminar la inspiración. Es una experiencia común y sólo requiere tratamiento cuando se hace persistente y molesto.
Puede ser ocasionado por múltiples causas, siendo las más frecuentes las de origen gastrointestinal, con irritación vagal y frénica. Otras causas incluyen problemas del sistema nervioso central, trastornos metabólicos, problemas sicógenos, y medicamentos. Interesante destacar que algunos medicamentos que se usan para tratar el hipo pueden, a su vez, producirlo.
Si consideramos que hay que tratarlo deberemos valorar en primer lugar si hay una causa específica (infección, lesión cerebral), revisar los medicamentos que el paciente toma, uso de medidas no farmacológicas (contener la respiración, beber múltiples tragos de agua, masticar limón, inhalar pimienta para inducir el estornudo), añadir fármacos de acción gástrica (simeticona, domperidona o inhibidor de bomba de protones), baclofen (lioresal®) si no está alterada la función renal, gabapentina, clorpromacina o haloperidol si el hipo aún persiste (es el único medicamento aprobado para el hipo por la FDA (no se usa de primera elección por sus potenciales efectos adversos), posteriormente considerar nifedipino, ácido valproico, dexametasona o sertralina, y por último tener en cuenta el midazolam.
Dejo un artículo publicado en el Canadian Family Physician de 2011.

viernes, 12 de agosto de 2011

Efectos secundarios de los Antisicóticos.


Los antipsicóticos son fármacos de uso frecuente para el tratamiento de procesos psiquiátricos graves (esquizofrenia, trastorno bipolar, demencia), así como en otros procesos de distinta etiología (vértigos, dolor crónico neuropático, etc). Su uso cada vez más frecuente me ha llevado a hacer un repaso del tema, y más tras haber tenido un paciente que ha desarrollado una diabetes con cetonuria por toma de quetiapina.
Existen varias clasificaciones de los antipsicóticos, pero la más aceptada es la que los divide entre Antipsicoticos típicos (AT) y Antipsicóticos atípicos (AA).
Los AT actúan mediante el bloqueo de los receptores dopaminérgicos D2. Se dividen en cuatro grupos:
- Fenotiazinas: Clorpromazina, Levomepromazina, Flufenazina, Perfenazina, Tioproperazina, Trifluoperazina y Pipotiazina.
- Butirofenonas: Haloperidol.
- Tioxantenos: Zuclopentixol.
- Ortopramidas: Sulpiride, Tiaprida, Amilsulpiride.
Este grupo de fármacos presenta una amplia gama de efectos adversos: sedación, efectos anticolinérgicos (sequedad boca, dificultad urinaria), hipotensión ortostática, disfunción sexual, prolongación intervalo QT, aumento de secreción de prolactina, y como más destacables los síntomas extrapiramidales (pseudoparkinsonismo, acatisia, distonia y discinesia).
Los AA presentan una menor actividad sobre los receptores D2 actuando como antagonistas de los receptores serotoninérgicos 5HT2A.
En este grupo tenemos la Olanzapina, Risperidona, Quetiapina, Clozapina, Ziprasidona, y el Aripiprazol.
Aunque los AA sean más seguros ante la aparición de síntomas extrapiramidales, no están exentos de efectos adversos importantes, incluídos los que presentan los AT. Entre ellos están reconocidos la obesidad, alteraciones lipídicas (aumento de colesterol y triglicéridos, y disminución de HDL), hipertensión arterial y diabetes. Todo ello lleva a un aumento de la morbimortalidad cardiovascular, ya constatada en los pacientes esquizofrénicos.
A los médicos de familia se nos pide que estemos atentos a estos posibles efectos secundarios y que ajustemos la medicación, o la cambiemos, cuando sea necesario.
Más en el artículo siguiente de American Family Physician de 2010.


viernes, 5 de agosto de 2011

Anticonceptivos hormonales

La Planificación familiar es uno de los temas habituales en nuestras consultas de Atención Primaria, de la que deriva frecuentemente la prescripción de Anticonceptivos hormonales.
Normalmente están compuestos de un estrógeno y de un gestágeno. El primero es el que controla el ciclo menstrual y el segundo el responsable del efecto anticonceptivo.
La píldora, el anillo vaginal y el parche tienen las mismas indicaciones y contraindicaciones.
El efecto secundario principal es el tromboembolismo, que es más frecuente en los 4 primeros meses y va disminuyendo posteriormente. Recientemente el BMJ ha publicado un artículo sobre que los anticonceptivos con Drosperinona tienen más riesgo de trombosis que los que tienen Levonorgestrel. La AEMPS está de acuerdo con está afirmación, por otra parte ya conocida previamente, si bien concluye que aún así el riesgo sigue siendo bajo, incluso menor que si la paciente estuviese embarazada.
La toma de la píldora se puede iniciar en cualquier momento del ciclo, si bien es mejor iniciarla en los primeros 5 días posteriores al inicio del sangrado pues así tiene efecto anticonceptivo desde la primera toma. Si se inicia después hay que usar protección adicional durante 7 días.
Si hay olvidos o vómitos un sólo día no pasa nada.
La eficacia de la píldora postcoital va disminuyendo a medida que aumentan las horas transcurridas tras el coito. Desde un 95% en las primeras 24 horas hasta un 58% a las 48-72 horas, manteniéndosa hasta el cuarto o quinto día en cifras similares.
Si vamos a indicar la toma de dicha píldora postcoital recordar que no es necesario realizar test de embarazo, dado que su administración no influiría sobre el curso de una posible gestación.